Participantes de la Escuela Ecuménica de Gobernanza, Economía y Gestión para una economía de vida (GEM School por su nombre en inglés) visitaron, el 22 de agosto, una compañía minera para atestiguar y tratar de entender los discursos contrastantes sobre la injusticia socioeconómica y el desarrollo relacionado con la inversión extranjera.
La GEM School 2017 se llevó a cabo del 21 de agosto al 1 de septiembre en Lusaka, Zambia y fue apoyada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR).
En un contexto de países africanos en desarrollo, como Zambia, la inversión extranjera juega un papel importante como fuente de financiación externa, avances tecnológicos y habilidades que tienen como objetivo llevar desarrollo económico y comunitario al país anfitrión.
En este papel, los inversionistas extranjeros son considerados con frecuencia como fuente de inversión interna creciente, exportaciones, crecimiento económico, empleo y transferencia tecnológica; por otro lado, con frecuencia se espera que los inversionistas extranjeros contribuyan en los sectores educativo, de salud e infraestructura a través de programas de responsabilidad social empresarial.
La GEM School fue recibida por la gerencia de la compañía minera y de industria química Universal Mining & Chemical Industries Limited (UMCIL); esta compañía comparte la misión de incrementar la producción de acero de Zambia y superar el desafío de no producir muchos desechos metálicos, lo cual reduce la producción en algunas de sus plantas siderúrgicas. Con la apertura de Sanje Iron Ore Mine en Nampundwe, la UMCIL intenta producir productos de calidad y ofrecer precios más accesibles. El acero de su planta en Kafue está siendo exportado y los productos terminados, como el metal, son importados o reabastecidos en Zambia.
La visita fue posible gracias al Consejo de Iglesias de Zambia (CCZ por sus siglas en inglés).
Con décadas, y en algunos casos siglos, de inversión extranjera en Zambia y sus esperadas contribuciones, muchas veces es difícil entender las injusticias socioeconómicas que viven las comunidades cercanas a esta. Debido al número de importantes inversionistas en el sector minero que aprovechan y generan ganancias de los recursos naturales de Zambia, la pregunta siempre ha sido quién es realmente el beneficiado cuando la pobreza interna continúa siendo alta, las tradiciones trasgredidas, la salud y la seguridad se ven comprometidas y los derechos humanos violados.
Con la ayuda e introducción de la oficina de recursos humanos de la UMCIL, los participantes de la GEM School recibieron una calurosa bienvenida por parte de la gente que vive alrededor de Sanje Hill Mine. Jefes y jefas, jóvenes y otros miembros de las cinco comunidades pertenecientes a Nampundwe se reunieron e interactuaron abiertamente con los estudiantes y organizadores de la GEM School.
En discusiones grupales, la mayoría de los miembros de la comunidad incluyendo los jefes, expresaron cuán descontentos están con la mina; dijeron que los acuerdos firmados no fueron cumplidos y que ellos desconocen los programas de responsabilidad social y empresarial sobre los que los administrativos de las minas informaron a la GEM School.
A pesar de que algunos de los miembros trabajan en la mina, la mayoría de la comunidad desconoce sobre los pozos de perforación, las clínicas, escuelas y senderos creados por las minas para ellos.
Al procesar la experiencia ya una vez en el centro de la GEM School, los estudiantes destacaron la historia de las comunidades sobre cuánto habían afectado las minas su medio de vida, cultura y espiritualidad.
Sanje Hill, donde la compañía ahora está minando mineral de hierro, solía ser un santuario para la comunidad. Aunque las nuevas generaciones han encontrado una conexión con las iglesias cristianas que han asumido el rol del santuario, esta es una gran pérdida espiritualmente hablando para las antiguas generaciones.
Cuando se les preguntó a las comunidades sobre qué es lo que la Iglesia estaba haciendo en cuanto a las cuestiones que habían expresado, especialmente sobre la pérdida del santuario, las comunidades respondieron que ellos no creían que eso le correspondía a la Iglesia, sino a los dirigentes tradicionales.
“La comunidad y las iglesias deben hablar con una sola voz y deben considerar estas cuestiones como cuestiones de la Iglesia”, dijo la subsecretaria general del CMI, la Rev. Dr. Isabel Phiri a las comunidades durante la discusión grupal.
Representantes del CCZ compartieron cómo han ayudado a las iglesias a actuar ante cuestiones socioeconómicas, de desarrollo y unidad concernientes a la sociedad con una visión que tiene un impacto transformador en la dignidad humana y la unidad cristiana.
En cuanto a los asuntos relacionados a las minas, el CCZ trabaja para que las comunidades, compañías mineras y el gobierno creen una plataforma para un diálogo pacífico, en donde cada parte valide historias contrastantes y trate un problema a la vez. La comunidad es alentada y empoderada a también ser responsable.
“Zambia es un país minero, la mayor parte de sus ingresos proviene de la minería y no dejará de explotar sus recursos minerales. Necesitamos construir una relación y solucionar los problemas medioambientales, culturales y socioeconómicos, especialmente aquellos relacionados a la mina”, dijo Andisen Zulu, responsable del proyecto del CCZ.
PIE DE FOTO: participantes de la GEM School durante la visita a la compañía minera. ©Adrian Mendoza/CCZ