La Iglesia Reformada de Transcarpatia ha estado pasando por tiempos difíciles desde su fundación. Hoy, se encuentra con una doble minoría: una iglesia protestante en un país ortodoxo y una comunidad étnicamente húngara en una nación eslava.
Mientras la parte ucraniana de la cuenca panónica se encuentra metida entre Eslovaquia, Hungría y Rumania en la punta oeste de Ucrania, el impacto de la guerra en el distante este del país también está causando problemas. Escasez de combustible, inflación y falta de atención por parte del gobierno (fuera de la imposición del llamamiento militar) son sólo tres de los problemas causados por el conflicto.
Es una dura realidad, y lo fue especialmente un frío fin de semana de enero, cuando una delegación de la oficina europea de la CMIR hizo una visita oficial. Pero lo que la delegación vio en Beregzász (Berehove) y Dercen (Dertsen) fue una iglesia interviniendo para cubrir los agujeros que atentan contra la estructura de la sociedad.
“Nos encontramos con una iglesia viva,” dijo Jan-Gerd Heetderks, presidente de la CMIR Europa. “Tienen buen ojo para las tradiciones y creencias bíblicas pero también para las circunstancias sociales.”
“Lo más impresionante es su fidelidad en las circunstancias en que viven,” dijo Susan Brown, de la Iglesia de Escocia. “Eso pone las cosas en una perspectiva un poco diferente para la vida en nuestra iglesia. Nosotros tenemos el lujo de decidir qué hacer y qué no hacer. Ellos no. Si ellos no lo hacen, nadie lo hará por ellos.”
Lo que la iglesia está haciendo tiene un amplio alcance. Incluye suministro de alimentos, dirección de escuelas, coordinación de la distribución de bienes donados, adquisición de equipamiento para el hospital y, en un pueblo, mantenimiento de un departamento de bomberos.
“Estamos muy contentos y nos sentimos bendecidos si podemos ofrecerle algo a los demás,” dijo el obispo Sándor Zán Fábián. “Lo mejor para un pastor es servir en este lugar.”
Cada una de las 108 congregaciones de la iglesia es un lugar tanto de adoración como también una comunidad de cuidado y asistencia. La iglesia cuenta con 70 000 miembros, y cada anciano gobernante tiene a su cargo 100 miembros, a quienes visita con la mayor frecuencia posible en función de las necesidades. Posteriormente, los ancianos gobernantes ponen al tanto a la Oficina de Coordinación Diaconal (o uno de sus centros diaconales regionales) para proveer la ayuda necesitada, ya se trate de una recién horneada barra de pan, ropa discretamente usada o una pila de leña para calentarse.
La Oficina de Coordinación Diaconal (DCO por sus siglas en inglés) está supervisada por Béla Nagy, quien también es la presidenta laica de la iglesia. Su panadería provee 45 000 barras de pan al año. Casi 40 000 comidas son distribuidas cada año con más de 200 personas que la reciben cada día de la semana. La mitad de estas comidas son distribuidas en coparticipación ecuménica con la Iglesia católica romana.
Las familias que han perdido a sus hombres debido al llamamiento militar reciben un apoyo especial. En un principio el gobierno le pidió a la iglesia comprar el equipamiento de los nuevos soldados, pero la iglesia lo rechazó, comprometiéndose en su lugar a apoyar a las familias mientas ellos estuvieran lejos de casa.
Un envío de suministros llega casi todos los meses. La DCO se encarga de pasarlo por la aduana y luego supervisa la distribución ya sea de forma directa o a través de instituciones locales.
Una de las instituciones que recibe apoyo de forma regular es el hospital del gobierno en Beregszász. El presupuesto del estado es insuficiente para los gastos del hospital, por lo que obtener nuevos equipamientos (o incluso reparar los que ya tienen) resulta imposible. La iglesia es capaz de usar sus conexiones con la Iglesia Reformada en Hungría y otros socios internacionales, incluyendo el gobierno de Hungría, para obtener asistencia, tanto financiera como donaciones de equipamiento.
“Hay muy poco, si es que hay, apoyo por parte del gobierno para asistencia social,” dijo Nagy, insistiendo, “La asistencia se brinda a pesar de las afiliaciones religiosas. Se basa exclusivamente en necesidad.”
Además de satisfacer las necesidades básicas de las personas a través de las donaciones, la iglesia también dirige un centro de rehabilitación para niños con discapacidades, un “hogar de crisis” para jóvenes, madres solteras y un departamento de bomberos voluntario en Dercen.
El pastor Miklós Zsukovszky se dio cuenta de la necesidad de protección contra incendios a principios de su pastorado en Dercen y se propuso la tarea de crear una brigada de la nada. El gobierno estatal simplemente no podía hacer frente a una serie de desastres naturales, incluyendo grandes inundaciones, por lo que Zsukovszky comprometió a su iglesia en esta tarea.
“No se puede hacer vida de iglesia sin ayudar a los necesitados y a los vulnerables,” dijo. Y esa mayoría vulnerable fue la más impactada por las inundaciones (y susceptible a los incendios). Tomó años poder implementar esta idea.
Con el tiempo, arribaron equipos de uso, procedentes de varios donantes de Hungría, Alemania y los Países Bajos. Hoy en día, el departamento de bomberos sirve a la población de Dercen y sus alrededores, unas 12 000 personas.
A la vez que emplea mucho esfuerzo en suplir las necesidades de atención social, la Iglesia Reformada de Transcarpatia también actúa como lo que es, una iglesia, una comunidad con una congregación de adoración y discipulado. Existen fuertes organizaciones para mujeres y jóvenes, esta última atrae más de 2 500 estudiantes a lo largo de todo el año. A los ancianos gobernantes y diáconos se les ofrece regularmente seminarios de entrenamiento. A los potenciales futuros ministros se les ofrece lecciones pre-seminario. Además, alrededor de unas 6 000 personas se concentran en el llamado “Día de Familia”. Claramente esta parte de Europa no puede considerarse “post-cristiana.”
“Como cristianos confesantes, debemos confesar nuestra fe cada día a las personas que nos rodean,” dijo Zán Fábián.
Estas labores de la iglesia se mantienen a pesar de los muchos retos. La guerra ha tenido un impacto devastador en la economía, con la inflación limitando en el último año a la mitad la capacidad de comprar. Los deteriorados sistemas de salud y asistencia social, así como la propia guerra, crean una gran incertidumbre.
La iglesia sobrevive gracias a las contribuciones (tanto de sus miembros como de organizaciones fuera del país), sin dinero proveniente del estado (como es costumbre en muchos países de Europa). La suma de todo esto hace que sea difícil mantener a los maestros en las escuelas y en las iglesias. Los pastores también buscan opciones fuera del país.
“Muchas organizaciones humanitarias no vienen aquí porque no es suficientemente exótico. Debemos orar para mantener la fidelidad en esta situación, y no olvidar que Dios tiene el poder sobre nuestras vidas,” dijo Zán Fábián.
La iglesia no fue reconocida oficialmente hasta 1991, por lo que “Pudiéramos decir que somos una comunidad joven,” dijo Zán Fábián. Un año después; el gobierno devolvió el 60% de las propiedades de la iglesia que habían sido decomisadas durante la época soviética. Muchos de los edificios de la iglesia estaban en malas condiciones, y el terreno adyacente, que también había sido confiscado, no fue devuelto.
Durante la etapa soviética, los líderes de la iglesia era deportados y/o asesinados, y la delegación de la CMIR Europa les rindió homenaje en un memorial en las afueras de las oficinas de la iglesia en Beregszász.
“La visita de una delegación de alto nivel es muy importante. Demuestra que hay apoyo internacional para la minoría húngara (tanto las personas como la religión),” dijo Zán Fábián. “Me alegra que tengamos hermanos y hermanas en el exterior.”
“A pesar de ser una comunidad vulnerable que enfrenta inmensas dificultades e incertidumbres, tiene una visión y una práctica propia de una comunidad de fe sirviente,” dijo Balázs Ódor, vicepresidente de la CMIR Europa.
“Parte de nuestro papel es alentarnos y estimularnos los unos a los otros,” explicó Martina Wasserloos de la Alianza Reformada de Alemania y vicepresidenta de la CMIR Europa. En su reunión anual, la CMIR Europa decidió hacer una donación para ayudar con las necesidades actuales de la iglesia.
La Iglesia de Transcarpatia es parte de la Iglesia Reformada de Hungría, una expresión internacional de la comunión entre las iglesias de etnia húngara en la cuenca panónica. Es la iglesia protestante más grande de Ucrania.