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Una crisis humanitaria y de derechos humanos se ha generado en Camerún a causa de los conflictos sociales y políticos entre las áreas anglófonas y francófonas del país.

Las iglesias miembros de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) reciben el impacto de la situación, aun cuando trabajan por la paz y promueven el diálogo, soluciones no militares, el fin de la represión y el pleno respeto de los derechos humanos.

La CMIR se solidariza con sus iglesias miembros en Camerún: la Iglesia Evangélica de Camerún (Église évangélique du Cameroun), la Iglesia Presbiteriana de Camerún, la Iglesia Presbiteriana de Camerún (Église presbytérienne camerounaise) y la Iglesia Protestante de África (Lolodorf) (Église coreana de África), Lolodorf)).

La CMIR convoca a la Comunión y a las hermanas y hermanos de todo el mundo a apoyar a estas iglesias en oración, a informarse sobre la situación y a pedir a sus gobiernos nacionales a pedir responsabilidad al gobierno de Camerún en el respeto de los derechos humanos para todas las personas.

La CMIR también pide la intervención de la comunidad internacional en la búsqueda soluciones pacíficas sostenidas en el diálogo ante esta desafiante situación histórica, social y política.

«Las milicias comenzaron a surgir en el año 2017, luego de una represión de las fuerzas de seguridad en las protestas masivas, encabezadas por abogados con sus pelucas y maestros con sus uniformes, por el supuesto fracaso del gobierno en dar suficiente reconocimiento a los sistemas legales y educativos ingleses en el noroeste y sudoeste”, de acuerdo a la BBC.

Los separatistas armados en las regiones anglófonas de Camerún hirieron y mataron a personal militar, incendiaron escuelas y atacaron a los y las docentes, mientras que las fuerzas gubernamentales torturaron personas, dispararon contra multitudes y destruyeron aldeas, según informara en junio Amnistía Internacional.

La Directora Adjunta de Amnistía Internacional para África Occidental y Central, Samira Daoud, manifestó que «a población se encuentra en un ciclo mortal de violencia en las regiones anglófonas de Camerún». La organización documenta cómo la población general está pagando el costo más elevado en la medida que aumenta la violencia en las regiones del noroeste y suroeste de Camerún.

Y en medio de todo esto, ocurre una elección presidencial el domingo 7 de octubre, en la que el presidente Paul Biya, quien asumió el poder en 2981, busca su reelección para otro período de siete años.

AfricaNews informa que «la contienda presidencial de 2018 se desarrollará en un contexto delicado y volátil, donde arrecia el miedo de que la nación pueda entrar en una guerra civil si la violencia continúa en las regiones del suroeste y noroeste».