“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” —Juan 16:33
La Presidenta de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, pastora Najla Kassab, ha declarado la completa solidaridad de la CMIR con las personas afectadas en el noreste de Siria. Ella ha expresado su gran preocupación por la reciente invasión de Turquía a territorios en el noreste de Siria, destacando que son las personas comunes las que están pagando un alto precio por causas políticas, viviendo con mucho miedo por las consecuencias de la situación planteada.
«Los niños y las niñas, juntos a las mujeres atraviesan muchas privaciones por causa de los problemas actuales de la región, una situación que amenaza con crear más personas refugiadas y mayor aislamiento entre la población local», expresó Najla.
También afirmó que la CMIR está muy preocupada por los cristianos y las cristianas en la región, que analizan abandonar la zona porque viven con miedo. Agregó, además, que uno de los colegios cristianos ha cerrado sus puertas en Kamishly.
El Secretario General del Sínodo Evangélico Nacional de Siria y Líbano, reverendo Joseph Kassab, solicitó en una carta oraciones por la paz, para que la comunidad protestante en la región tenga una mente y un alma pacíficas en medio de esta continua agonía.
El pastor Kassab reveló que la actual situación en el noreste es que los kurdos están obligando a las personas (de 45 años o menores), incluidas personas cristianas, a pelear a su lado contra los turcos. Muchas personas cristianas que tienen sus negocios en zonas kurdas, han dejado de ir a trabajar. Se ha bombardeado una fuente de agua el Ras El Ain, provocando que Hassakeh padezca la falta de agua, que ya no llega a sus hogares. Las afueras de las ciudades y de los pueblos están siendo bombardeadas por los turcos, y otros colegios han cerrado sus puertas en Kamishly, aunque las escuelas de Hassakeh siguen abiertas.
En la carta también agrega que él ha estado en permanente contacto con pastores en Kamishly, Hassakeh y Malkieh, que, a su vez, le han transmitido los temores y las preocupaciones de los 40,000 – 50,000 cristianos y cristianas en la región. Destaca que, como todas las personas cristianas en Siria, los cristianos y las cristianas del noreste no poseen armas y no tienen otra ambición política que el anhelo de una Siria pacífica y unida para toda su ciudadanía.
Al compartir su mirada sobre este tema, el Secretario General de la CMIR, Rev. Chris Ferguson, solicitó al comité internacional y a los gobiernos que no den su apoyo a las acciones militares que afectan a los y las civiles en la región, sino que se aboquen a la búsqueda de soluciones al conflicto actual en Siria que mantengan la posibilidad de resolución de la situación sin el desplazamiento de personas, agregando que deben respetarse los derechos humanos. «Hacemos un llamado para que todos analicen la situación a través de los ojos de las personas afectadas», dijo.
UNICEF expresa que el impacto humanitario total de las actuales operaciones militares sigue siendo difícil de determinar debido a la incertidumbre respecto de la situación. Al momento de presentar su informe, se estima que entre 150.000 y 160.000 personas han sido desplazadas. Los movimientos de la población continúan, en algunos casos sin informar, de modo que el número real probablemente sea mayor.
La CMIR apela a todas las iglesias miembros para que oren por las personas afectadas en el noreste de Siria.
—Jessica Bwali, Pasante de la CMIR