News

Un grupo de veintiséis líderes y lideresas eclesiales, teólogos/as y activistas han abogado por una teología profética que refleje la preocupación de Dios por la justicia compasiva.

En un encuentro realizado en el Centro de Retiros Beit El Salam (Alejandría, Egipto), compartieron sus experiencias, deliberaron y debatieron la siguiente cuestión misiológica: ¿Cómo iniciar y mantener el testimonio cristiano y la coexistencia pacífica en un contexto donde las personas cristianas son minoría, enfrentando a menudo violencia y marginación de la comunidad mayoritaria?

De este modo, avanzaron en el cumplimiento del mandato de la Asamblea General del año 2017, que pedía «establecer un marco para la coexistencia pacífica y la protección de los derechos de las minorías» (Acción 53).

Los y las participantes afirmaron que la realidad geopolítica actual se puede describir como un «apartheid global», marcado por el etno-nacionalismo, el racismo, el autoritarismo, los fundamentalismos y el extremismo, vinculados a diferentes religiones y a los crecientes fascismos.

«Escuchamos los clamores de personas de varios contextos en todo el mundo, donde ellas viven como minorías, no solo desde la perspectiva de ser minorías religiosas, sino también minorías por motivos de raza, etnia, casta, opresión económica, género e idioma», se afirma en un extracto del mensaje que aún se encuentra en proceso de redacción final.

El mensaje dice, además, que es necesario tener «una teología profética que refleje la preocupación de Dios por la justicia compasiva, ya que, sin el cumplimiento de esta justicia, la coexistencia pacífica es imposible».

Los y las participantes representaban una amplia gama de experiencias y contextos, incluidos aquellos en situaciones mayoritarias y minoritarias, y al escucharse mutuamente, comenzaron a entender cuán matizados eran sus posiciones.

«Definimos minoría no en términos de número, sino en términos de poder y acceso a recursos, procesos de toma de decisiones y oportunidades para desarrollar acciones independientes. Las minorías son, por lo tanto, aquellas que están excluidas de una participación significativa en la sociedad y en la iglesia”, señalaron.

La consulta ofreció un análisis global que permitiera una comprensión de los contextos, al escuchar voces de diferentes partes del mundo, incluyendo Angola, Bangladesh, Camerún, Alemania, India, Indonesia, Kenia, Filipinas, América Latina, Sudáfrica, Sri Lanka y el Reino Unido.

Las personas participantes enfatizaron que el contexto de la misión hoy ocurre en el marco de un imperio global; señalando que el imperio es la unión del poder económico, cultural, político y militar que está constituido por una realidad y un espíritu de dominación sin señorío, creado por la humanidad.

«Nuestros debates nos permitieron recuperar las historias y las ramificaciones continuas del colonialismo en tanto seguimos oyendo historias de continua recolonización económica y política, que han resultado en una competencia por los recursos y en un enfrentamiento de las comunidades entre sí», expresaron.

Las historias compartidas por quienes viven dentro del vientre del imperio, aportaron un análisis más detallado de cómo las ideologías y teologías del autoritarismo y el etno-nacionalismo se están utilizando para enfrentar a las personas más marginadas, y están al servicio de la «alteridad» de los vulnerables.

Juan Calvino puso luz a las deliberaciones. «Calvino habló de todas aquellas personas “que no pueden soportar la injusticia», no solo de aquellas a quienes se les inflige injusticia, sino de aquellas que claman en su nombre y, por lo tanto, hacen lo correcto y lo que es justo. En su clamor, además, Dios se escucha a sí mismo, y al actuar con justicia, deshaciendo la injusticia, las heridas de Dios se sanan”, afirma el mensaje.

Los y las participantes animaron a la iglesia a caminar con las personas marginadas en una solidaridad que denominaron «con-otridad». Esto implica ir más allá de la presencia y busca poder escuchar y ser orientados por quienes han sido forzados hacia los márgenes de la sociedad y por quienes, dentro de las comunidades marginadas, sufren discriminación. y exclusión.

Además, desafiaron a las iglesias que son numéricamente minoritarias pero que tienen un poder y privilegios considerables debido a sus conexiones globales y económicas, que comprendan que están llamadas a caminar con aquellas que están marginados y perseguidas.

“Nuestra fe proclama la victoria de Cristo, y a través suyo, también la nuestra, sobre el poder del pecado y de la muerte, el miedo y la impotencia. Ya no tendremos miedo y nos comprometeremos en la tarea del testimonio profético, guiados y guiadas en un caminar común con quienes están marginados y marginadas», finaliza el mensaje.

Esta consulta sentó las bases para nuevos diálogos sobre la misión, especialmente en contextos de crisis y marginación. Sus resultados serán valiosos insumos conceptuales para los próximos pasos en el proceso.

El original inglés juega con la palabra “witness” y el neologismo “with-ness”, que hemos intentado traducir como “con-otridad”. Podría también traducirse, eventualmente, como “co-existencia”.