En la frontera entre México y los Estados Unidos de Norteamérica, una delegación internacional de cristianas y cristianos, liderada por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), está exigiendo reformas radicales para abordar no solo las causas de la migración sino también el modo en que se trata a las personas migrantes en su viaje.
«Como cristianos y cristianas, debemos comprometernos a desarmar las estructuras injustas que separan a las personas. No podemos ignorar a las personas que necesitan», expresó Chris Ferguson, secretario general de la CMIR y pastor de la Iglesia Unida de Canadá. «La situación es compleja en la frontera e involucra a múltiples actores y es consecuencia de una historia violenta de colonialismo e imperialismo. Por esta razón, nuestra respuesta debe enfocarse en gestos concretos de compasión, solidaridad y cabildeo que estén bien coordinados y dirigidos hacia una transformación».
La delegación, integrada por representantes de las iglesias miembros y asociados a la CMIR, arribó a la frontera para ser testigos de primera mano de la situación que enfrentan quienes buscan asilo y refugio.
La visita incluyó a asociados de la CMIR en Ciudad Juárez, México, donde presenciaron el trabajo realizado entre los migrantes y la hospitalidad de las iglesias a ambos lados de la frontera. Allí oyeron hablar de las dificultades que tuvieron que afrontar las personas en su camino hacia los Estados Unidos de Norteamérica y las situaciones de quebranto en sus lugares de origen, que han resultado en este movimiento de personas a gran escala. Pudieron ser testigos de las luchas de las personas recluidas en el centro de detención de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en El Paso, Texas.
La delegación llegó a las siguientes conclusiones:
- La migración es una crisis global que debe ser tratada con compasión y justicia
- El testimonio cristiano implica dar la bienvenida a las personas extranjeras y forasteras.
- Las raíces de la migración se encuentran en el imperialismo y el colonialismo, que deben ser tratadas
- La justicia restaurativa es la clave para el bienestar y la seguridad global
También emitieron los siguientes llamados:
- Pedimos que se desmantelen los muros, las fronteras y las instalaciones que contribuyen a la deshumanización, la exclusión, el aislamiento y la victimización de las personas.
- Hacemos un llamado a nuestras naciones para que promulguen leyes justas que hagan lugar a los derechos humanos y a una justicia que dé cuenta de la dignidad humana, el derecho y la compasión.
La delegación llevará este mensaje a las iglesias miembros y socios de la CMIR y también a Washington DC, donde se unirán a otras organizaciones cristianas en el evento Días de Cabildeo Ecuménico 2019.
«Este movimiento de personas a gran escala, señala con crudeza las situaciones críticas que ponen en peligro la vida que deben atravesar muchas personas en Centroamérica, especialmente en el llamado Triángulo del Norte», manifestó Darío Barolín, secretario ejecutivo de la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina (AIPRAL), consejo regional de la CMIR. AIPRAL, junto a la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) de encuentran trabajando de manera conjunta para crear un plan de trabajo que permita el abordaje de las causas fundamentales que llevan a la migración forzada.
Otros miembros de la CMIR también han estado tomando acciones concretas respecto de esta situación. La Comunión Mexicana de Iglesias Reformadas y Presbiterianas, junto con la Comunidad Teológica de México, proporciona acompañamiento pastoral y psicológico a las personas que realizan un alto en la Ciudad de México. La PCUSA (EE. UU.), la Iglesia Unida de Cristo y otras iglesias miembros en los Estados Unidos han llevado adelante durante mucho tiempo una misión de solidaridad, acompañamiento y asesoramiento en las fronteras, incluido el ofrecimiento de asesoramiento legal a quienes buscan refugio y asilo. Presbiterios y congregaciones están ofreciendo sus lugares de culto como santuarios.
La policía fronteriza de los Estados Unidos no concedió permiso a las organizaciones asociadas de México para participar en una celebración litúrgica que iba a tener lugar en ambos lados de la valla fronteriza, por lo que la delegación realizó solo un servicio del lado estadounidense de la frontera.
La delegación estuvo integrada por: Darío Barolín (AIPRAL), Amanda Craft (PCUSA), Chris Ferguson (CMIR), Jennifer Flett (Consejo para la Misión Mundial), Hugo Gallardo (CMIRP), Doug Leonard (Consejo Mundial de Iglesias), Angela Martins (Concilio de Área de América del Norte y el Caribe de la CMIR), Ken Neevel (Iglesia Reformada en América), Philip Vinod Peacock (CMIR), Ryan Smith (PCUSA), Melissa Stek (Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte) y Lisa Vander Wal (CMIR e IRA).