Procedentes de dos contextos culturales diferentes, los nuevos pasantes de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) comenzaron su viaje en Hannover, Alemania, a principios de este mes.
Eri Yoon y Anam Gill, provenientes de Corea del Sur y Paquistán respectivamente, fueron recibidas por el invierno alemán, el cual no les pareció tan duro como ellas esperaban.
El programa anual para pasantes, ofrecido por la CMIR, reúne jóvenes pertenecientes a iglesias miembro para que participen en el funcionamiento de la CMIR y aprendan más sobre la unidad cristiana y el movimiento ecuménico.
Tanto Anam como Eri están emocionadas por esta nueva etapa en la oficina de la CMIR y esperan llevar a sus países de origen la riqueza de conocimientos obtenidos y sabiduría adquirida durante esta experiencia. Ambas creen fervientemente que Dios tiene los mejores planes y venir a Hannover no es coincidencia.
Eri creció literalmente en la iglesia porque su papá era pastor en Busan, Corea del Sur; ella comenzó a tocar el piano durante los servicios de adoración y, posteriormente, sirvió como maestra en la escuela dominical antes de asistir al seminario. Terminó la licenciatura en Piano, sin embargo decidió estudiar la maestría en Divinidad porque quería servir a la iglesia y también ayudar a su papá.
“La unidad de la iglesia es muy importante; me doy cuenta cuando leo la Biblia”, dice ella. “El año pasado participé como delegada en la Asamblea General de la CMIR en Leipzig, lo cual me hizo querer aprender más acerca del concepto de iglesia como el cuerpo de Cristo. Hay un término ‘Kairós de Dios’, que significa los tiempos de Dios, y entre más oraba para saber qué debía hacer, la respuesta se hacía más clara y era que tenía que aplicar para esta pasantía”.
Eri estará trabajando primordialmente en la oficina de programas durante su pasantía, centrándose en comunión, teología, justicia y testimonio. Anam trabajará en el departamento de comunicación la mayor parte del tiempo. Sin embargo, ambas adquirirán experiencia en toda la organización.
Anam, periodista de profesión, ha trabajado independientemente para varios periódicos nacionales e internacionales; su interés en el movimiento ecuménico surgió en el 2006 cuando formó parte de la 9ª Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Porto Alegre, Brasil. Posteriormente fue parte de la delegación de Cartas Vivas del CMI en Liberia y Sierra Leona y trabajó de manera independiente para el departamento de comunicación de la CMI, incluyendo su participación en la 10ª Asamblea General en Busan, Corea del Sur.
Antes de unirse a la CMIR, trabajaba en el proyecto Dialogue Café Lahore, un espacio para el diálogo que conecta global y localmente a jóvenes para hablar de temas relacionados al desarrollo sostenible. Anam encontró este espacio en el 2016 y cree que el diálogo es esencial para la consolidación de la paz y la transformación de conflictos.
A lo largo de esta pasantía, espera adquirir un entendimiento más amplio de la iglesia, el movimiento ecuménico y el trabajo de la CMIR. “Provengo de Paquistán donde los cristianos son una pequeña minoría, siempre quise saber cómo la unidad cristiana puede empoderar a los segmentos menos privilegiados de una comunidad cristiana, especialmente en lugares donde son minoría”, dice.
Anam espera con vehemencia su año en Alemania, el cual encuentra muy interesante y enriquecedor: “He visto tantas iglesias hermosas aquí y me siento tan feliz de poder visitarlas sin miedo a que las bombardeen, como sucede en mi país.
El programa de pasantía de la CMIR es posible gracias a las contribuciones hechas por la Obra Evangélica de Misión (Alemania), las Iglesias Reformadas de Berna-Jura-Solothurn (Suiza) y la Iglesia Presbiteriana de Corea.