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A más de dos meses de que el huracán María devastara Puerto Rico, la isla está lejos de recuperarse.

Miguel Rosa, pasante de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas este año, visitó su hogar en Puerto Rico hace dos semanas y pudo ver el panorama completo del daño causado por el huracán, y las tormentas subsecuentes, ya que tiene amigos y familiares dispersos en toda la isla.

“El único miembro de mi familia que tiene electricidad es mi abuela que vive en San Juan, la capital del país, lo cual tomó alrededor de seis semanas en restablecerse”, dijo Miguel.

“Pese a que el medicamento está llegando, la falta de energía y agua de manera regular está causando problemas; es difícil administrar y operar los hospitales. Y a partir del huracán, el crimen va en aumento”, dijo Miguel. “Se robaron uno de los generadores del hospital; los habitantes también son víctimas de los ladrones pues entran a sus casas a robar”.

“La mayor parte de Puerto Rico está aún en la fase de respuesta inmediata para recuperarse de un desastre”, Len Blauwkamp, director del World Renew’s Disaster Response Services, confirmó después de visitar la isla en noviembre. “Algunas organizaciones aún están distribuyendo comida y agua a los sobrevivientes. El servicio de energía eléctrica es esporádico, especialmente en las zonas rurales. En la capital, San Juan, ningún semáforo funciona”.

Muchos residentes, entre ellos los padres de Miguel, están usando generadores pequeños para sus casas, puesto que la red eléctrica no regresará a la normalidad antes de marzo (si acaso). La familia de Miguel tiene agua, pero no es el caso de todos (la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de los Estados Unidos reporta que el 83% de los residentes ahora tiene agua potable).

“Ir al lado oeste es estremecedor “, dice Miguel. “Hay algunos señalamientos de tránsito de los cuales uno funciona y los tres siguientes no; los restaurantes permanecen cerrados; las tiendas de comestibles no están bien abastecidas; hay deslaves en los caminos que atraviesan las montañas”.

El impacto que ha sufrido la vida cotidiana de los puertorriqueños es dramático. “Algunos miembros de mi familia tuvieron que mudarse debido a todos estos problemas”, dijo Miguel. “Así que están haciendo lo mejor que pueden con lo que tienen”.

Y aún en medio de la crisis permanente hay signos de esperanza, a medida que las congregaciones se convierten en centros de asistencia y las agencias eclesiales de ayuda humanitaria proveen ayuda de emergencia y trabajan en el plan de recuperación a largo plazo.

“En la iglesia del secretario permanente de mi presbiterio cocinaron, con la ayuda de otras iglesias del mismo lugar, 42 pavos y entregaron varias comidas al pueblo entero”, dijo Miguel. “Lo mismo pasó en Aguadilla, hay iglesias recibiendo comida del gobierno y distribuyéndola. Las iglesias están activas y tratan de dar lo mejor; una iglesia dio una estación potabilizadora de agua a la comunidad”.

“Incluso después de 53 días sin electricidad, deberíamos preguntarnos qué hemos dado en lugar de qué es lo que hemos recibido, la generosidad es necesaria”, dijo Arelis Cardona Morales, ministra de la Iglesia Presbiteriana de Monteflores. «Nuestra generosidad nos hace sentir interiormente más ricos, la generosidad cambia todo. El desastre ha sido de alguna manera una bendición; en un inicio estábamos llenos de miedo, pero ahora vemos esto como una oportunidad para estar juntos, compartir y trabajar juntos entre todas las iglesias del presbiterio para proveer comida y agua, y también para intercambiar ideas”.

Hay muchas maneras de ayudar. “La Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) está enviando ayuda a través de los presbiterios”, dijo Miguel. “Tenemos muchas congregaciones dando comida, refugio y agua”.

Varias agencias de ayuda humanitaria de iglesias miembro de la CMIR están involucradas y todas están solicitando donaciones. Para mayor información visitar los siguientes enlaces:

World Renew es una agencia eclesial de ayuda humanitaria de la Iglesia Cristiana Reformada en Norte América, la Iglesia Reformada en América y ECO: Covenant Order of Evangelical Presbyterians.

Partes de este artículo provienen de noticias publicadas por la Iglesia Cristiana Reformada y por el Presbyterian News Service.