La primera de una serie de consultas birregionales centradas en la Confesión de Accra tuvo lugar en Ghana en el mes de noviembre. Los participantes de la Comunión Africana de Iglesias Reformada (ACRC por sus siglas en inglés) y el Consejo del Área Noreste de Asia (NEAAC por sus siglas en inglés) se reunieron bajo el tema «Interpretación de género de las señales de los tiempos.»
El objetivo general de la consulta fue reflexionar juntos, desde la perspectiva de género y de diferentes contextos, sobre los desafíos que enfrentamos como iglesias, tales como la violencia, injusticia y degradación tanto en los seres humanos como en la naturaleza.
«Considero este tema importante porque aborda una problemática persistente y muy arraigada que ha afectado a la humanidad por mucho tiempo,» dijo Lydia Adajawah, presidenta de la ACRC.
«Dios ha dotado a hombres y mujeres con una variedad de capacidades y talentos. Pero durante mucho tiempo, la mayoría de las mujeres han sido relegadas por lo cual no han podido explotar sus talentos al máximo, así que el mundo usa solamente la mitad de los recursos humanos en detrimento de todos nosotros,» dijo Adajawah.
«La justicia de género es un tema importante a tratar por la iglesia y la CMIR, pues significaría la inclusión de mujeres que pueden aportar ideas interesantes en todos los niveles de toma de decisiones, tanto en la iglesia, como en la comunidad y el mundo,» dijo Salome Twum, miembro del comité ejecutivo de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas. «Las mujeres también fueron creadas a imagen de Dios y tienen lo que se necesita para participar en la toma de decisiones en todos los niveles.»
«En mi iglesia, nos ayudó el romper el silencio y comenzar el diálogo para encontrar soluciones que combatan los prejuicios de género existentes en nuestro sistema,» dijo Gifty N.Y. Ahadzi de la Iglesia Presbiteriana de Ghana.
En contribución al proceso de discernimiento hubo estudios bíblicos diarios dirigidos por la expasante de la CMIR, Fundiswa Kobo; presentaciones de diferentes perspectivas regionales; reflexiones en grupos reducidos; debates plenarios y un discurso inaugural por Setri Nyomi, antiguo secretario general de la CMIR. En su discurso, Nyomi enfatizó el compromiso histórico de la organización en cuanto a la justicia de género y el acceso para las mujeres a puestos de liderazgo dentro de la iglesia.
El visitar el Castillo de Elmina, usado como conducto para la trata de esclavos, y conocer la dolorosa historia de esclavitud sufrida en Ghana, los participantes pudieron tener un entendimiento más profundo sobre la cuestión de justicia. También notaron la yuxtaposición de una capilla Reformada sobre un calabozo donde mujeres fueron esclavizadas, tratadas como mercancía y brutalmente maltratadas.
El reunir a dos grupos regionales enriqueció el proceso de discernimiento al ofrecer perspectivas adicionales, experiencias y desafíos contextualizados.
«Es importante traer miembros provenientes de diferentes regiones porque entre más miembros reunamos, para consultar los unos con los otros, más fácil será el darnos cuenta que tenemos más semejanzas que diferencias, lo cual ayuda a combatir la injusticia de raíz,» dijo Rosemary Nachilembe de la Iglesia Unida de Zambia. «En otras palabras, los efectos de este estado pecaminoso son resentidos de diferentes maneras en diferentes regiones. Así que el reunirnos nos facilita un lugar donde los miembros podemos, a través de diferentes historias, alentarnos los unos a los otros diciéndonos que aún queda esperanza.»
Al concluir la consulta, los delegados y las delegadas se comprometieron a trabajar en una serie de problemáticas específicas y llamaron a todas las iglesias miembro a hacer lo propio. Lo anterior incluye dar voz a todos en cuanto al gobierno y dirección de la iglesia; la creación de un modelo de estudio bíblico que aliente a todos a participar en el mismo y el desarrollo de medidas para asegurar la representación justa de todos en las estructuras eclesiásticas.
«El compromiso de los participantes de desafiar a sus iglesias para lograr la justicia de género y una participación balanceada en la Asamblea General del 2017 fueron resultados importantes,» dijo Dora Arce Valentín, secretaria ejecutiva de justicia y coparticipación.
«Mi sueño o esperanza en cuanto a justicia de género es que: Así como nuestro Señor llama tanto a hombres como a mujeres a su misión, me gustaría un día ver que la libertad para servir en la iglesia sea una realidad en todo el mundo,» dijo Mai-aiki Kadade de la Iglesia Evangélica de la República de Níger.
Delegados y delegadas de la República Democrática del Congo, Ghana, Kenia, Isla Mauricio, Níger, Nigeria, Ruanda, Sudáfrica, Corea del Sur, Togo, Uganda y Zambia asistieron a la consulta.
Se planea que la próxima consulta birregional Accra+10 se lleve a cabo en Cuba a finales de enero y que participen en ella miembros de la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina y del Consejo del Área del Caribe y Norteamérica.