Los dalits, históricamente marginados como «intocables» dentro de la jerarquía de castas de la India, siguen enfrentándose a una discriminación sistémica a pesar de las protecciones constitucionales. Se estima que el 70 % de los cristianos indios son de origen dalit, según algunas fuentes . Sin embargo, la conversión al cristianismo no ha protegido a los cristianos dalit de la injusticia basada en la casta. Sufren lo que a menudo se denomina «triple discriminación»: son oprimidos por la sociedad en general, marginados dentro de sus propias comunidades religiosas y excluidos por el Estado. Muchos siguen excluidos de los puestos de liderazgo y se enfrentan a una segregación sutil pero persistente en las prácticas religiosas, lo que pone de relieve el peso que sigue teniendo la casta incluso dentro de las religiones que predican la igualdad.
El Mes de la Historia Dalit, iniciado en abril de 2015 por un colectivo de mujeres activistas dalit, ofrece un momento importante para reflexionar sobre las experiencias, la resistencia y la resiliencia de las comunidades dalit. Inspirado en el legado del Mes de la Historia Negra, el Mes de la Historia Dalit se centra en recuperar y reafirmar la agencia de los dalits compartiendo sus historias, a menudo ignoradas. Celebrado anualmente en abril para conmemorar el aniversario del nacimiento del Dr. B. R. Ambedkar, un reformador social que luchó por la abolición de las castas, este mes ofrece una plataforma para reflexionar sobre cuestiones relacionadas con las castas, la justicia y el largo camino hacia la liberación de los dalits.
Con este espíritu, el Reverendo Dr. Raj Bharat Patta aboga por una nueva iniciativa, #DalitTheologyMonth, que se puso en marcha en abril de 2025. Esta iniciativa tiene como objetivo poner en primer plano la identidad teológica dalit, revitalizar la espiritualidad teológica dalit y encontrar relevancia pública para la teología dalit en un mundo que está dejando atrás los marcos cristianos o seculares tradicionales. El #DalitTheologyMonth, como lo describe Patta, consiste en celebrar la interseccionalidad —raza, género, clase y casta— a través de perspectivas teológicas dalit que siguen desafiando las narrativas dominantes y opresivas.
Patta sostiene que la teología dalit ha evolucionado desde su articulación inicial en 1981 por A. P. Nirmal, aportando una contrateología que se enfrenta a los sistemas perdurables de opresión basada en las castas. Explica que la teología dalit es una «teología de protesta» que rechaza la marginación, la dominación y la exclusión. «La teología dalit cuestiona el statu quo opresivo de cualquier forma y todas las formas de opresión con el objetivo de afirmar la vida en toda su plenitud», afirma. En los años transcurridos desde su creación, la teología dalit ha buscado constantemente ser una voz de resistencia al conocimiento colonial y a la tergiversación histórica de las vidas dalit, empleando métodos descoloniales para comprender y desafiar los sistemas de poder que perpetúan la opresión.
Basándose en una lectura descolonial de la teología cristiana, Patta critica la forma en que las narrativas cristianas tradicionales han sido moldeadas por las influencias coloniales, limitando a menudo el significado de la resurrección a una esperanza futura, desconectada de las luchas y realidades del presente. Insiste en que la resurrección debe entenderse como una experiencia presente y continua. «La resurrección es un tiempo presente continuo. Ocurre todos los días en cada uno de nosotros en nuestras propias vidas y solo entonces la resurrección cobra sentido», reflexiona. Patta tiene claro que el mensaje de Jesús debe trasladarse a la vida contemporánea: «La resurrección debe ocurrir en nuestras propias vidas», afirma.
Desafía a las iglesias a descolonizar su comprensión de la fe y a celebrar las expresiones locales y particulares de la teología que resuenan con las experiencias vividas por las comunidades marginadas.
El enfoque en la liberación es fundamental en la comprensión de Patta de la teología dalit. «La liberación es para todos, no solo para unos pocos», afirma, abogando por el papel de la iglesia en la promoción de la justicia. Según Patta, la iglesia debe comprometerse con una teología pública que aborde los problemas de la época. A medida que el secularismo gana terreno en los países occidentales y la urbanización sigue redefiniendo las ciudades globales, Patta cree que la Iglesia tiene un papel esencial que desempeñar a la hora de hablar el lenguaje de la esfera pública. «La fe tiene que evolucionar», afirma, haciendo hincapié en que la teología debe responder a los retos del presente abordando las urgentes cuestiones de justicia social.
Establece un poderoso paralelismo con el Viernes Santo, sugiriendo que las iglesias deberían replantearlo como un día «en solidaridad con las víctimas injustas de juicios penales injustos». Este replanteamiento, explica Patta, conectaría la muerte de Jesús con las luchas contemporáneas por la justicia y la igualdad. Al recontextualizar el Viernes Santo de esta manera, argumenta, la Iglesia podría hacer más accesible el mensaje de Cristo al público en general y demostrar la relevancia de la fe para abordar los problemas de injusticia actuales.
El compromiso de Patta con la solidaridad y la justicia tiene sus raíces en su comprensión de la misión divina. «Dios nunca se rendirá», afirma, reafirmando su creencia en una Iglesia que se mantiene fiel a su misión de justicia y solidaridad, incluso ante los desafíos. Para Patta, la Iglesia debe abrazar la unidad no como un ideal pasivo, sino como una relación activa, impulsada por la justicia y basada en la responsabilidad mutua. «La unidad debe basarse en las bases, con una justicia que nos una», afirma. Esta visión de una Iglesia unida a través de la justicia, la solidaridad y el apoyo mutuo refleja los principios de la teología dalit, que sigue luchando por un mundo en el que las voces marginadas no solo sean escuchadas, sino que se actúe en consecuencia.
En este momento de transformación, #DalitTheologyMonth invita a las personas a replantearse sus fundamentos teológicos, celebrar las perspectivas marginadas y reflexionar sobre las formas en que la fe puede empoderar a las comunidades para resistir la opresión. Sirve como llamada a la acción para todas las personas de fe, especialmente en el contexto de un panorama mundial en rápida evolución. «Es Dios en Jesús quien está obrando, y es Dios en Jesús quien nos invita», afirma Patta, instando tanto a las personas como a las iglesias a unirse a la misión de construir un mundo más justo y liberado. (Traducción realizada por DeepL)