Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y
convertirán sus espadas en arados, y sus lanzas en podaderas. Ninguna nación
levantará la espada contra otra, ni aprenderán más la guerra. — Isaías 2:4
Entonces él respondió y me habló, diciendo: «Esta es la palabra del Señor a
Zorobabel, diciendo: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu», dice el Señor de
los ejércitos». — Zacarías 4:6
En un momento en que abundan la guerra y los rumores de guerra, hemos visto en los últimos nueve días una
escalada en el uso de armas de destrucción masiva, ataques y contraataques
que llevan al mundo a un precipicio peligroso. Hacemos un llamamiento a todos los miembros de la comunión para que
oren y actúen por el cese de la guerra en Oriente Medio y para que todas las partes entablen
un diálogo para resolver el conflicto.
Dios de la vida, para quien toda vida es sagrada y que sangras por cada vida perdida,
te pedimos que concedas tu paz a toda tu creación,
para que las naciones no se levanten en guerra unas contra otras,
para que los pueblos no aprendan el odio,
para que los niños tengan un futuro.
Oramos para que aprendamos los caminos de la paz y no los del poder,
para que caminemos por las sendas de la justicia y no por las de la violencia,
para que veamos tu rostro en el rostro del otro,
reconociéndonos como seres humanos unidos en una vida común,
conectados por la tierra que pisamos, el aire que respiramos y la sangre que
corre por nuestras venas.
Ya se ha derramado suficiente sangre.
Danos el valor para decir: basta ya.
Danos la audacia para resistir la guerra.
Danos la esperanza de poder mirar hacia un mañana mejor.
Amén. (Traducción realizada por DeepL)