La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), en colaboración con sus socios ecuménicos mundiales, ha emitido un mensaje conjunto a la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4), en el que pide una transformación urgente y estructural del sistema financiero mundial.
El proceso de la FfD, coordinado por las Naciones Unidas, reúne a gobiernos, instituciones financieras internacionales, la sociedad civil y el sector privado con el fin de elaborar políticas mundiales para movilizar recursos para el desarrollo sostenible. La FfD4, que se celebra del 30 de junio al 3 de julio en Sevilla (España), tiene lugar en un momento de intensificación de las desigualdades mundiales, la fragilidad económica y la alteración del clima.
En representación de más de 600 millones de cristianos en todo el mundo, el CMI, en colaboración con el Consejo Ecuménico de Iglesias, la Federación Luterana Mundial, el Consejo Metodista Mundial, el Consejo para la Misión Mundial y United Society Partners in the Gospel, insta a los líderes mundiales a adoptar medidas audaces en favor de la justicia económica, social y climática.
«Las finanzas mundiales no deben seguir sirviendo a una minoría privilegiada a expensas de la mayoría», afirmó el reverendo Setri Naomi, secretario general del WCCU. «Este es un momento decisivo. El mundo se enfrenta a crisis interrelacionadas que exigen una revisión completa de nuestros sistemas financieros, basada en la justicia, la equidad y la sostenibilidad».

Llamamiento a una nueva arquitectura financiera
La coalición ecuménica pide lo que denomina una Nueva Arquitectura Financiera y Económica Internacional (NIFEA), un marco centrado en frenar la codicia corporativa, apoyar las economías locales y restablecer el equilibrio medioambiental.
Como parte de esta visión, las iglesias piden que se actúe en varios frentes:
- Justicia fiscal: La coalición pide impuestos progresivos sobre el patrimonio a nivel mundial y nacional, el fin de los paraísos fiscales y una convención de las Naciones Unidas sobre cooperación fiscal. También propone impuestos sobre el carbono para las industrias con altas emisiones y impuestos sobre las transacciones financieras para desalentar la especulación y financiar los bienes públicos.
- Justicia de la deuda: Con más de la mitad de los países en desarrollo en situación de sobreendeudamiento o cerca de ella, las iglesias piden la cancelación de la deuda soberana injusta, un marco permanente de liquidación de la deuda bajo los auspicios de las Naciones Unidas y una financiación climática libre de deuda.
- Gobernanza democrática: El grupo está impulsando la creación de un Consejo de Seguridad Económica, Social y Ecológica de las Naciones Unidas para coordinar las respuestas a los retos financieros y climáticos mundiales. También pide la reforma de las instituciones financieras internacionales para dar a los países en desarrollo una voz igualitaria y eliminar las condiciones perjudiciales.
La justicia económica como cuestión de fe
Para el CMI y sus socios, el debate sobre las finanzas mundiales no es solo político, sino también teológico. «La fe nos obliga a denunciar los sistemas que sacrifican a los pobres y al planeta», afirmó el reverendo Philip Vinod Peacock, responsable de justicia y testimonio de la CMIR. «La desigualdad económica, la destrucción del medio ambiente y la austeridad son fracasos morales. La Cuarta Agenda para el Desarrollo debe marcar un punto de inflexión hacia un futuro justo».
La labor de defensa de la coalición forma parte de dos campañas ecuménicas: la campaña Zacchaeus Tax, que promueve la justicia fiscal, y la campaña Turn Debt into Hope, cuyo objetivo es poner fin al ciclo de deuda y austeridad en los países vulnerables.
Según la coalición, las políticas financieras deben reorientarse para preservar la dignidad humana, promover la sostenibilidad ecológica e invertir en las comunidades.
«Se trata de un llamamiento a la transformación, no solo a la reforma», afirmó el Sr. Peacock. «Un sistema financiero justo es esencial para construir un futuro en el que todos puedan prosperar».
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(Traducción proporcionada por DeepL)