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En un momento en que las respuestas financieras a la crisis climática se basan en gran medida en modelos de mercado, las organizaciones religiosas están alzando una voz profética. Durante un evento paralelo al Foro sobre la Financiación para el Desarrollo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, celebrado el 29 de abril, cuestionaron el «consenso climático de Wall Street» dominante e instaron a un cambio hacia una financiación climática pública y centrada en la justicia.

El evento, titulado «Un enfoque holístico y transformador de la financiación climática: conectando los puntos entre la financiación climática, la deuda y la reforma fiscal», fue coorganizado por el Consejo Mundial de Iglesias, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, la Federación Luterana Mundial, el Consejo Metodista Mundial, Christian Aid, ACT Alliance y el Consejo para la Misión Mundial.

Financiación pública, no beneficio privado

«Actualmente existe un enfoque arriesgado que se centra en la financiación privada y los bancos multilaterales de desarrollo para proporcionar esta financiación, lo que denominamos el «consenso climático de Wall Street»», afirmó Mariana Paoli, de Christian Aid. «Esto es arriesgado porque la financiación privada está orientada a los beneficios, no a las personas ni al clima. Los países pobres y en desarrollo necesitan cerca de 5 billones de dólares para responder a la emergencia climática. Aunque se trata de una cifra enorme, no hay falta de dinero. Es fundamental recuperar el papel de las finanzas públicas».

Deuda, injusticia y un sistema en crisis

Los ponentes subrayaron que las estructuras actuales de financiación climática están reforzando las desigualdades globales existentes.

«La falta de financiación climática no es una cuestión presupuestaria, sino una cuestión de justicia», afirmó Mae Buenaventura, del Movimiento de los Pueblos Asiáticos sobre Deuda y Desarrollo. «El 70 % de la financiación climática se destina a préstamos, lo que agrava el endeudamiento. Los países pobres vulnerables al clima están gastando cada año más y más en el servicio de la deuda».

Buenaventura añadió: «Es importante señalar que las crisis climática y de la deuda tienen su origen en un mismo sistema. Esto exige un cambio de sistema».

Las reglas del juego: reforma fiscal y financiera mundial

El Dr. Manuel «Butch» Montes, de la Sociedad para el Desarrollo Internacional y la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Internacional de las Empresas, pidió una profunda reforma estructural.

«La emergencia climática exige inversión y una perspectiva a largo plazo», afirmó. «Lo que está en juego en la FfD4, la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, es quién establece las normas que rigen el sistema fiscal mundial y la arquitectura financiera internacional. No puede haber financiación climática sin una reforma fiscal mundial y, de hecho, sin una transformación de la arquitectura financiera internacional».

Budi Tjajhono/Franciscans International

Una visión jubilar para la justicia económica

El reverendo Philip Vinod Peacock, de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, se basó en la ética bíblica para fundamentar el debate en la fe y la justicia.

«No puede haber compartimentos estancos entre lo ético y lo moral, y lo económico y lo político», afirmó. «La visión bíblica del jubileo exige la cancelación de las deudas, la liberación de los sistemas económicos esclavistas y el descanso de la tierra».

Peacock destacó el papel de la sociedad civil y las organizaciones religiosas en la consecución de un cambio transformador. «¿Qué pueden hacer las organizaciones religiosas y las organizaciones de la sociedad civil para romper los compartimentos estancos entre el clima, la deuda y la política fiscal? Tenemos que poner de relieve las conexiones. Tenemos que desarrollar relaciones. Y tenemos que construir solidaridad entre las comunidades afectadas y los movimientos que luchan por la justicia climática, fiscal y en materia de deuda».

El evento concluyó con la presentación de dos campañas que abordan estos retos: la campaña Turn Debt Into Hope, que aboga por la cancelación de la deuda y unas relaciones financieras justas, y la ZacTax Campaign, que promueve la fiscalidad progresiva y la justicia económica.

Juntos, estos esfuerzos pretenden remodelar no solo el flujo de fondos, sino también los cimientos de la economía mundial. (Traducción realizada por DeepL)