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Durante el II Simposio Ecuménico Reformado de Roma, Italia, celebrado del 22 al 23 de noviembre de 2024, sobre el cristianismo mundial en una era de movilidad acelerada, el Dr. Daniel Rathnakara Sadananda pronunció una conferencia pública en la Iglesia Valdense, Piazza Cavour. Titulada «Church as Home in Borderless Ecclesia: Repensar la ecclesia a la luz de la migración, la movilidad y la conectividad digital», la conferencia presentó una visión profunda de la Iglesia como un hogar dinámico e inclusivo, configurado por el amor radical, la justicia y la liberación.

Repensar el concepto de hogar

Sadananda comenzó instando al público a reconsiderar el significado de «hogar» en un mundo definido por la migración, la movilidad y la interconexión digital. Las nociones tradicionales de hogar como algo fijo y estático ya no son suficientes en un mundo en el que las fronteras se cruzan constantemente, geográfica, cultural y digitalmente. En su lugar, abogó por entender el hogar como algo fluido y adaptable, un santuario que ofrece pertenencia a los desplazados y excluidos. Esta reimaginación, sugirió, debe extenderse también a la Iglesia, que está llamada a encarnar esta visión transformadora del hogar.

Fundamentos bíblicos: Movimiento y Hospitalidad

Sadananda utilizó las historias de los patriarcas y matriarcas bíblicos para ilustrar la naturaleza evolutiva del hogar. Destacó que Abraham y Sara, en un momento en que ellos mismos eran marginados y vulnerables, se convirtieron en receptores de la hospitalidad radical de Dios. Su encuentro con los extraños que les visitaron no sólo les proporcionó sustento, sino que les abrió nuevos horizontes, revelando el poder transformador de la presencia divina. Este momento subraya que el verdadero santuario se experimenta no sólo ofreciendo cuidados, sino también recibiéndolos humildemente en tiempos de necesidad.

Abraham y Sara extendieron esta hospitalidad a Agar, una figura marginada, demostrando que la justicia y el cuidado de los vulnerables constituyen los cimientos de un verdadero santuario.

Abraham y Sara extendieron esta hospitalidad a Agar, una figura marginada, demostrando que la justicia y el cuidado de los vulnerables constituyen los cimientos de un verdadero santuario.

Volviendo a Jacob, subrayó que el hogar es también un lugar de transformación y lucha. El encuentro de Jacob con Dios en Jabbok, donde luchó por la identidad y la bendición, revela que la verdadera pertenencia requiere vulnerabilidad y un compromiso con la justicia. Para la Iglesia, esto significa aceptar la incomodidad y comprometerse en la lucha por la equidad y la liberación.

El Éxodo: una Iglesia sin fronteras

Sadananda amplió el relato del Éxodo como paradigma para entender la Iglesia como un hogar sin fronteras y adaptable. La historia de la liberación de Egipto, argumentó, representa un rechazo de los sistemas opresivos que confinan y controlan. El desierto, a menudo visto como un lugar de penurias, se convierte en un espacio transformador donde la dependencia de Dios fomenta el crecimiento. Señaló que el Tabernáculo, un santuario móvil, simboliza lo sagrado en movimiento, llamando a la Iglesia a permanecer dinámica y sensible a las realidades cambiantes.

El modelo de liderazgo participativo del Éxodo, en el que Moisés facultó a los ancianos para compartir responsabilidades, sirvió como otra lección crucial. Sadananda subrayó que la Iglesia debe rechazar las jerarquías rígidas y abrazar el liderazgo compartido, garantizando que las voces de los marginados den forma a su misión. Esta inclusividad es esencial para una Iglesia que pretende seguir siendo relevante y justa en un mundo en rápida evolución.

Jesús: El cruzador de fronteras

Sadananda describió el ministerio de Jesús como el ejemplo definitivo del cruce de fronteras. La propia Encarnación, explicó, representa un acto de migración divina, ya que Jesús cruzó la frontera entre el cielo y la tierra para entrar en la vulnerabilidad humana. A lo largo de su ministerio, Jesús desafió las barreras sociales, religiosas y culturales, acogiendo a los excluidos por las estructuras tradicionales. Sadananda instó a la Iglesia a emular a Jesús creando espacios de inclusión y liberación radicales, donde todos, especialmente los marginados, encuentren pertenencia.

El papel del Espíritu Santo

El Espíritu Santo, argumentó Sadananda, es el arquitecto de una ecclesia sin fronteras y transformadora. El Espíritu se mueve con los desplazados y capacita a las comunidades para construir la solidaridad. Reflexionó sobre Pentecostés, donde se superaron las barreras lingüísticas y culturales, como un momento crucial que llama a la Iglesia a abrazar la diversidad y la unidad. El Espíritu invita a la Iglesia a ser un hogar en el que se valore a cada persona y se dé prioridad al florecimiento relacional frente a la rigidez institucional.

La Trinidad: Pericoresis y teosis

Sadananda introdujo el concepto de la Trinidad para profundizar en la visión de una ecclesia sin fronteras. Describió la relación divina como una pericoresis, una danza de amor dinámica e interdependiente entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este movimiento divino invita a toda la creación a la theosis, el proceso transformador de llegar a ser como Dios. Sostuvo que Dios mismo existe en continua movilidad, trascendiendo fronteras y desafiando a la humanidad y a la creación a encarnar la imago Dei, la imagen de Dios. La Trinidad, como modelo de fluidez e interrelación, llama a la Iglesia a abrazar el movimiento y la reciprocidad, rechazando los marcos estáticos y excluyentes.

Una visión de futuro

La conferencia de Sadananda desafió al público a imaginar la Iglesia como un santuario sin muros, un espacio inclusivo y dinámico que resiste la exclusividad y se adapta a las necesidades de un mundo en rápida evolución. Instó a la Iglesia a despojarse de sus rígidas estructuras y abrazar su vocación de hogar para todos, basado en el amor, la justicia y la liberación.

A medida que el mundo se vuelve cada vez más fluido, las ideas de Sadananda resuenan profundamente. La Iglesia debe encarnar esta visión de una ecclesia sin fronteras, sirviendo como fuerza transformadora en las vidas de los marginados. De este modo, podrá reflejar verdaderamente la justicia sin fronteras. Traducción realizada por DeepL