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La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) está celebrando actualmente una importante reunión del Grupo de Planificación Estratégica del Programa (SPPG) y un Taller de Redacción de la Declaración de la Comunión, de una semana de duración, del 7 al 13 de abril en Newark, EE. UU. La reunión, que reúne a representantes de toda la familia reformada mundial, está marcada por una reflexión honesta, una visión estratégica y compromisos audaces para renovar y profundizar el testimonio global de la CMIR en un mundo en crisis.

Esta reunión final del ciclo actual del SPPG, que tiene lugar pocos meses antes de la Asamblea General de 2025 en Chiang Mai (Tailandia), constituye un hito en la evaluación de la labor de la CMIR desde 2017 y en el establecimiento de una base fundamental para el futuro.

El Rev. Dr. Hanns Lessing, secretario ejecutivo de comunión y teología, destacó la importancia de esta reunión para configurar la dirección teológica de la Comunión: «Este no es solo un momento de evaluación, sino de discernimiento: buscar a dónde nos llama el Espíritu a continuación como familia reformada global».

El secretario general, el reverendo Dr. Setri Nyomi, añadió: «En nuestro camino hacia el Consejo General de 2025 en Chiang Mai, lo hacemos en medio de un mundo más fracturado y frágil que cuando nos reunimos por última vez en Leipzig. En Leipzig en 2017, bajo el lema «Dios de vida, renuévanos y transfórmanos», oramos por una profunda renovación y una audaz transformación, dentro de nosotros mismos, de nuestras iglesias y del mundo. Hoy, la necesidad es aún más urgente. Vemos los rostros de la injusticia, marcados por la raza, el género y el clima, y signos de esperanza perdida incluso entre nuestras propias comunidades. Pero no somos un pueblo desesperado. Esta última reunión del SPPG no es solo un punto de control, sino un compromiso renovado con nuestra vocación. Es el momento de discernir de nuevo la voluntad de Dios, de reavivar la fe que proclamamos en Leipzig, de perseverar en nuestro testimonio común y de transformar nuestra comunión con una esperanza audaz y viva».

Las sesiones de la semana se ocupan en profundidad de los informes de responsabilidad de los responsables de programas, las iniciativas teológicas y las preocupaciones actuales, como los derechos de los indígenas, la justicia para las personas con discapacidad, la sexualidad humana y la inclusión de los jóvenes. Los delegados reconocieron los logros y abordaron con franqueza las limitaciones, especialmente las relacionadas con las restricciones financieras, el persistente impacto de la COVID-19 y los retos en materia de comunicación y personal.

En los próximos días, los delegados también abordarán la respuesta de la CMIR a los conflictos mundiales urgentes y el discernimiento teológico. Con la Asamblea General de 2025 en mente, la reunión finalizará las aportaciones estratégicas al Libro de Trabajo de la Asamblea General y confirmará la necesidad de una comunicación más clara y vías de impacto desde las decisiones globales hasta las congregaciones locales. Los participantes enfatizaron que el trabajo de la CMIR debe inspirar, no simplemente informar, a sus iglesias miembros y comunidades de base.

La reunión concluirá con una Declaración de Comunión, un documento teológico destinado a guiar la identidad y la misión de la CMIR en el futuro. A partir de procesos históricos y diálogos ecuménicos, los participantes redactarán un texto que encarne el espíritu de unidad, justicia y esperanza.

Al comenzar la reunión, los participantes reiteraron que la CMIR no es simplemente una organización, sino un movimiento guiado por el Espíritu. Con la formación de nuevas redes, el surgimiento de voces teológicas proféticas y un compromiso más profundo con la solidaridad global, la CMIR dejará Newark con un propósito renovado y un claro llamado a perseverar en el testimonio como signo de la justicia y la esperanza de Dios en el mundo.