Líderes eclesiásticos y economistas de todo el mundo, reunidos bajo la bandera de la 6.ª Reunión del Panel Ecuménico sobre una Nueva Arquitectura Financiera y Económica Internacional (NIFEA), han lanzado un rotundo llamamiento a favor de un cambio transformador ante la profundización de las crisis económicas, ecológicas y sociales.
Convocado del 25 al 27 de marzo de 2025 en Ginebra, el panel se reunió bajo la dirección conjunta del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), la Federación Luterana Mundial (FLM), el Consejo Metodista Mundial (CM) y el Consejo Mundial de Misiones (CMM).
Más de una década después de que la Declaración de São Paulo de 2012 denunciara los fracasos del capitalismo global y pidiera una «economía de la vida», el panel de la NIFEA expresó su alarma por lo que describe como la «consolidación sin precedentes del capital, la tecnología y el poder político». Esto, advierte el panel, está intensificando la desigualdad global, exacerbando la destrucción ecológica y amenazando la gobernanza democrática.
«Para muchos de nuestros hermanos y hermanas que se enfrentan a la pobreza, el genocidio y la catástrofe climática, se trata de una cuestión de vida o muerte», afirma el comunicado.
Una crisis cada vez más profunda: el legado colonial, la desigualdad y el colapso ecológico
El panel identificó crisis mundiales entrelazadas —la desigualdad económica, la catástrofe medioambiental, el resurgimiento de las estructuras colonialistas y la erosión de las normas democráticas— como prueba de que el modelo capitalista actual es fundamentalmente injusto e insostenible.
Llamando la atención sobre las asombrosas diferencias de riqueza a nivel mundial, el panel destacó que los multimillonarios aumentaron su patrimonio neto en más de un 15 % en 2024, alcanzando más de 15 billones de dólares, mientras que más de mil millones de personas siguen viviendo en la pobreza, la mitad de ellas niños.
El comunicado también reconoce la complicidad de las iglesias en la perpetuación de los sistemas de colonialismo y opresión económica y se compromete a rendir cuentas de este legado en su labor futura.
«Ante la creciente desigualdad y la devastación ecológica, nuestra fe nos impulsa a hablar con valentía y actuar con justicia. Como iglesias unidas en la esperanza, debemos encarnar la visión de Dios de la justicia y la vida en plenitud, no solo con nuestras palabras, sino con acciones valientes que desafíen los sistemas de explotación y fomenten el bienestar de toda la creación». — Rev. Dr. Setri Nyomi, secretario general de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas
Una visión teológica profética
El panel de la NIFEA subrayó que las crisis actuales no son solo políticas y económicas, sino también profundamente espirituales y morales.
«El actual sistema oligárquico y neocapitalista es contrario a la visión de Dios de una vida plena, justa y pacífica para todos», escribió el panel, reafirmando los principios bíblicos del jubileo, la cancelación de la deuda, la liberación de los esclavos y el descanso para la tierra. La esperanza, afirma el panel, es tanto un juicio sobre las injusticias presentes como un anhelo activo de un futuro diferente y más justo, guiado no solo por la afirmación bíblica y teológica cristiana, sino también por cosmovisiones indígenas como (ubuntu, babalú-ayé, maano, buen vivir y nu’u/aiga)*.
Un llamamiento a la acción transformadora
Los líderes mundiales de la fe y la justicia piden medidas urgentes y sostenidas para hacer frente a las crecientes desigualdades y crisis ecológicas. A corto plazo, instan a renovar el compromiso con los valores democráticos, los derechos humanos y la cooperación multilateral, junto con medidas inmediatas para reducir la concentración extrema de la riqueza y el poder mediante una fiscalidad progresiva y esfuerzos de resiliencia desde la base.
«Este momento exige no solo reflexión, sino también una acción moral audaz», afirmó Philip Vinod Peacock, secretario ejecutivo de justicia y testimonio. «Como personas de fe, estamos llamados a desafiar los sistemas que perpetúan la desigualdad y el daño ecológico, y a solidarizarnos con quienes han sido marginados por siglos de explotación».
De cara al futuro, la coalición hace hincapié en la necesidad de un cambio transformador en los paradigmas culturales y económicos, centrado en la interdependencia de la humanidad con la naturaleza y dando prioridad a la reparación de las injusticias coloniales y ecológicas. Piden el desmantelamiento de la opresión sistémica, incluidos el patriarcado y el racismo, y el avance de un decrecimiento socialmente justo. Por último, abogan por la construcción de economías democráticas y regenerativas mediante la inversión en soluciones basadas en los bienes comunes, como la educación, la sanidad, la energía comunitaria y la agroecología.
El panel concluyó con un poderoso mensaje de unidad y determinación espiritual:
«A menos que haya justicia para todos, junto con la redistribución de la riqueza y el acceso equitativo y sostenible a los recursos, no podremos alcanzar los objetivos fundamentales para la plenitud de la vida de todos».
Lea el comunicado detallado aquí.
En una iniciativa conjunta, marcada por la urgencia de la situación, líderes eclesiásticos de todo el mundo, incluidos los secretarios generales de las principales comuniones mundiales y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), han publicado una carta conjunta en la que piden justicia económica y ecológica inmediata. Esta colaboración histórica pone de relieve el profundo compromiso de los líderes religiosos de todo el mundo para transformar radicalmente los sistemas globales y dar prioridad a las personas y al planeta por encima de los beneficios.
*Nota:
El comunicado afirma una visión teológica basada no solo en la afirmación bíblica y teológica cristiana, sino también en diversas cosmovisiones indígenas y comunitarias:
- Ubuntu (filosofía sudafricana): «Yo soy porque nosotros somos», una creencia en la humanidad compartida, el cuidado mutuo y la identidad basada en la comunidad.
- Buen Vivir (cosmovisión indígena andina): una filosofía del «buen vivir» que enfatiza la armonía con las personas, la naturaleza y el cosmos por encima de la acumulación individual.
- Nu‘u / Aiga (cosmovisión samoana): La aldea (nu‘u) y la familia extensa (aiga) constituyen el núcleo de la identidad, la responsabilidad relacional y el bienestar colectivo.
- Babalu-Ayé (tradición afrocubana/orisha): Figura espiritual que simboliza la compasión, la sanación y el cuidado sagrado de los que sufren.
- Maano (tradiciones bantú y sudafricanas): Enfatiza la sabiduría, la inteligencia relacional y la toma de decisiones comunitarias. (Traducción realizada por DeepL)