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La Iglesia Presbiteriana de Guyana (GPC) ha dado un paso fundamental hacia la sanación y la reconciliación. El 14 de febrero de 2025, un día simbólico del amor, 22 líderes eclesiásticos de los presbiterios de Demerara, Berbice y Essequibo se comprometieron a dejar de lado las divisiones del pasado y caminar juntos en la fe y la unidad.

Este acuerdo histórico, denominado Acuerdo del Día de San Valentín, marca un nuevo comienzo para la GPC tras más de cuatro años de agitación interna. Inspirado en las palabras de Jesús: «Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también vosotros unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros». (Juan 13:34-35), el acuerdo es un compromiso con la sanación, la restauración y el discipulado cristiano.

El reverendo Dr. Setri Nyomi, secretario general de la CMIR, afirmó: «Este acuerdo es un testimonio del poder del amor de Dios en acción en su Iglesia. La verdadera reconciliación comienza con humildad, arrepentimiento y el compromiso de caminar juntos en la fe. Que la Iglesia Presbiteriana de Guyana avance como un solo cuerpo, unido en el amor de Cristo».

Un llamado a la sanación y la reconciliación

Reconociendo el dolor y la discordia del pasado, los líderes de la iglesia se han comprometido a seguir un camino de humildad y fe. Se han comprometido a:

  • Confesar las divisiones pasadas y buscar el perdón de Dios.
  • Aceptar el llamado al amor y la unidad como discípulos de Jesucristo.
  • Construir un futuro basado en la misión compartida y la hermandad cristiana.

En una declaración colectiva, los líderes afirmaron: «Reconocemos el dolor del pasado, pero elegimos avanzar juntos, arrepintiéndonos de nuestros errores y comprometiéndonos a construir una iglesia que honre a Dios y refleje su amor».

Mediación y transición de liderazgo

Este importante avance fue posible gracias a la mediación dirigida por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), un organismo mundial que representa a 100 millones de cristianos en 109 países. El equipo de mediación estaba encabezado por el reverendo Dr. Setri Nyomi, secretario general de la CMIR, junto con la reverenda Dra. Yvette Noble-Bloomfield, ex vicepresidenta de la CMIR, y el reverendo Dr. Collin Cowan, ex secretario general del Consejo para la Misión Mundial (CMM). Sus esfuerzos, respaldados por la Iglesia Presbiteriana de Canadá, culminaron en una mediación de dos días en Georgetown, que concluyó con un emotivo servicio de comunión en la Iglesia Memorial Ephraim Scott bajo el lema «Somos una sola iglesia».

El equipo de mediación da gracias a Dios por el papel desempeñado por el reverendo Vernon Ramcharan y la reverenda Patricia Sheerattan Bisnauth, así como por otros líderes clave en el proceso de reconciliación.

Como un paso clave hacia adelante, la GPC convocará un Sínodo General en noviembre de 2025 para elegir un nuevo liderazgo. Mientras tanto, un equipo de liderazgo interino de dos miembros se hará cargo a partir del 1 de marzo de 2025, bajo la guía del equipo de mediación de la CMIR. Sus responsabilidades incluyen:

  • Proporcionar liderazgo espiritual y administrativo a la Iglesia.
  • Restablecer las reuniones, sesiones y presbiterios de la congregación.
  • Preparar a la Iglesia para el Sínodo General y garantizar una representación adecuada.
  • Revisar las credenciales de todos los ministros ordenados.
  • Apoyar a los candidatos al ministerio en su formación y desarrollo.
  • Desarrollar programas de formación para pastores y ancianos, que se pondrán en marcha en 2026.
  • Evaluar las estructuras de gobierno y proponer reformas para una mayor transparencia y responsabilidad.

Un llamamiento a la oración y al compromiso

El equipo de mediación de la CMIR expresó su profunda gratitud por la fe y la resiliencia de la Iglesia Presbiteriana de Guyana, que se ha mantenido firme durante más de un siglo. A medida que la Iglesia abraza este nuevo capítulo, sus miembros están llamados a mantener el espíritu de reconciliación, evitando la retórica y las acciones divisivas. El mandato es claro: estar de acuerdo, unidos en la oración y la fe, mientras la Iglesia avanza hacia un futuro renovado y fortalecido.

Guiados por el Espíritu Santo, se anima a los miembros de la GPC a aceptar plenamente el Acuerdo de San Valentín, comprometiéndose al amor, al arrepentimiento y a la restauración de una Iglesia que encarne verdaderamente las enseñanzas de Jesucristo. (Traducción realizada con la herramienta DeepL)