En este Pentecostés, hacemos un llamado a la Comunión Reformada a orar por Cuba. Cuba ha estado atravesando una crisis económica que tiene sus raíces en el embargo comercial y que se ha visto agravada por la COVID-19. La crisis se manifiesta en una escasez generalizada de alimentos, productos de higiene, medicamentos y otros artículos básicos. También se está agravando la crisis energética, que provoca frecuentes apagones y afecta a los servicios esenciales.
Ven, Espíritu Santo,
derrama tus lenguas de fuego sobre los jóvenes que sueñan y sobre los ancianos que ven visiones, sobre las mujeres que esperan un futuro libre de violencia, sobre los niños que anhelan un mundo donde haya seguridad y suficiente para todos.
Te damos gracias por el consuelo que traes a todos los seres humanos. Ayúdanos a reconocer los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su origen o circunstancias. Que nuestros corazones se llenen de compasión por los marginados, los oprimidos y los que sufren.
Concede sabiduría y fuerza a nuestros líderes para que mantengan su compromiso con los derechos humanos y promuevan la igualdad para todos. Guíanos para defender activamente los derechos humanos y desafiar la injusticia dondequiera que la encontremos. Que trabajemos juntos para crear un mundo en el que todas las personas sean tratadas con respeto y justicia, y en el que se escuchen y se atiendan los gritos de los oprimidos.
Hoy rezamos por nuestros hermanos y hermanas de Cuba, pidiendo fuerza, resistencia y esperanza. Que descubramos formas de tender puentes de entendimiento y compasión mientras luchamos por un mundo donde prevalezcan la paz y la justicia.
A través de tu Hijo, Jesucristo, que nos amó y se entregó por nosotros, rezamos por la llegada de tu reino de justicia y amor, donde cada persona sea valorada y respetada. Amén.
(Traducción realizada por DeepL)