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La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) celebró una consulta sobre la teología de la defensa de causas, reuniendo a líderes de iglesias y teólogos para explorar el papel que las iglesias de la CMIR y los socios ecuménicos han desempeñado en la defensa de causas y en abordar las causas profundas de las injusticias mundiales. La consulta se celebró en Hannover del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2024, y se centró en la urgente necesidad de que la iglesia se comprometa más profundamente en la defensa de causas como parte de su discipulado.

En su discurso de bienvenida, el Secretario General Interino de la CMIR, Rev. Dr. Setri Nyomi, hizo hincapié en que la defensa es parte integral de nuestro testimonio cristiano. Explicó que la defensa, aunque a menudo se trata como algo secundario en la labor misionera, es fundamental para nuestra comprensión bíblica. Nyomi identificó los «cuatro verbos» de la CMIR -discernir, testificar, confesar y ser reformado- como la base que dio forma a la comprensión de la CMIR sobre la incidencia. Instó a los participantes a reflexionar sobre su papel a la hora de «leer los signos de los tiempos» y abogar por la justicia en un mundo cada vez más militarizado.

La consulta hizo hincapié en la necesidad de redefinir y replantear la defensa en un mundo que sigue luchando contra la guerra, la opresión y la injusticia. En muchos sentidos, la teología ha confinado la defensa dentro de los parámetros de lo que el imperio dicta como aceptable. Muna Nassar, secretaria ejecutiva de Misión e Incidencia de la CMIR, abordó la cuestión de por qué prevalece la injusticia y cómo la incidencia debe detectar y cuestionar los sistemas de poder.

«La defensa de causas en la CMIR consiste en estar donde Dios está: con los oprimidos y los marginados», afirmó Nassar. Hizo hincapié en el importante papel de las iglesias del Sur Global, que durante mucho tiempo han estado a la vanguardia de la justicia y la defensa de causas, y pidió un enfoque renovado de la defensa de causas en el contexto internacional actual.

Un tema central que surgió de la consulta fue la necesidad de que la iglesia adopte un enfoque decolonial de la defensa, especialmente en el contexto de la guerra de Gaza, que se considera una prueba de fuego para la humanidad y el testimonio cristiano. La consulta abordó la interseccionalidad de la teología y la política, especialmente en el contexto del colonialismo de colonos, y cómo la tradición reformada se entrelazó con el colonialismo. Este legado no sólo condujo al mal uso de la Biblia, sino también a las ideologías protestantes y de supremacía blanca. La Biblia ha sido mal utilizada históricamente -y lo sigue siendo hoy- para perpetuar la injusticia y la opresión, especialmente en Palestina. La consulta instó a la iglesia a comprometerse críticamente con la narrativa bíblica, desafiando las interpretaciones dominantes que han sido cooptadas para justificar agendas políticas y militares. La teología es intrínsecamente política porque influye en nuestra forma de relacionarnos con el mundo.

En las mesas redondas se analizó cómo el legado colonial, especialmente en el contexto de los pueblos indígenas y las estructuras de poder mundiales, sigue configurando la misión y el testimonio de la Iglesia en la actualidad. Decir la verdad al poder requiere valentía, y el testimonio público no puede ser una ocurrencia tardía en la misión de la Iglesia.

La consulta destacó el papel fundamental de la iglesia en la defensa de la justicia, no sólo a través de declaraciones, sino mediante acciones comprometidas y proféticas que aborden las injusticias sistémicas. Los participantes abogaron por un enfoque ascendente de la defensa que se centre en las voces y experiencias de las comunidades marginadas, como es el enfoque y la estructura del programa de defensa GRAPE de la CMIR. Se considera que la defensa de causas no consiste sólo en alzar la voz, sino en participar en la construcción de la comunidad y en la transformación estructural a través del papel impulsor activo de las iglesias.

La conversación sobre la defensa de los derechos también abordó cuestiones de raza, género y sexualidad, señalando que estos debates no deben provocar la polarización y el aislamiento de las comunidades, sino que deben formar parte de un esfuerzo más amplio por desmantelar la injusticia. También se debatió cómo el lenguaje y las lenguas dominantes suponen un reto para la labor de defensa. Ha llegado el momento de atreverse con la justicia y convertirse en discípulos audaces dispuestos a asumir riesgos y hacer sacrificios. ¿Estamos dispuestos a comprometernos en una reimaginación teológica, especialmente ante el sufrimiento de las víctimas de la guerra?

Al concluir la consulta, hubo un sentimiento compartido de urgencia y esperanza: debemos tener la audacia de esperar porque nuestro Dios es un Dios de esperanza. Los participantes afirmaron que la defensa es un maratón, no una carrera de velocidad, y que la iglesia debe pasar de las meras declaraciones a las acciones tangibles. Se subrayó que el compromiso de la CMIR como comunión de crear una red de defensores y desarrollar la capacidad de defensa de base es crucial para el cambio a largo plazo.

La consulta también reconoció que éste es un momento crítico para que la Iglesia se replantee su papel en la justicia mundial. Desde abordar la cuestión de Palestina hasta abogar por la justicia económica y climática, la necesidad de una acción audaz y transformadora es más acuciante que nunca.

De cara al futuro, la CMIR seguirá fomentando la reflexión teológica y el compromiso práctico sobre estas cuestiones mediante la asociación y el enlace con las iglesias miembros y las organizaciones asociadas. La iglesia está llamada a ser profética -desafiando los sistemas de poder- y a ofrecer una visión compartida de un mundo que refleje la justicia radical e indivisible de Dios. traducción realizada por DeepL

Esta consulta ha sido posible gracias a los fondos de Otto Per Mille (OPM).