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En obediencia a Jesús de Nazareth, nuestro Señor y Salvador, hemos examinado los “signos de los tiempos” (San Lucas 12:54-56) y consideramos que ahora es el “momento”. Las circunstancias políticas de nuestro país nos indican claramente que debemos tomar una opción.

Ya el pueblo se expresó, ya dijo en forma mayoritaria, pero fragmentada, que no quiere más la guerra, la corrupción, la falta de justicia y la exclusión económica. Consideramos que más de nueve millones de votos se expresaron en tal sentido.

Muchos han querido incentivar el voto en blanco, aun sabiendo que es una opción sin validez jurídica para la segunda vuelta. Quieren confundir al pueblo hablando de una “opinión simbólica”, ya sabemos que a los dirigentes de los partidos políticos tradicionales no les interesa la opinión popular. Por el contrario, sin pudor y sin consideración, la respuesta al clamor del pueblo por parte de esta oligarquía, anclada en el poder por más de doscientos años, ha sido la de juntarse para defender sus privilegios.

Si de veras estamos del lado del pueblo, nuestro afán no será buscar beneficios y la protección de nuestros privilegios, nos inspiramos en el profeta que expresa la voluntad del Señor: “Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” (Amós 5:24 RVR), esos ríos de agua viva deben alcanzar a toda la humanidad y la naturaleza, deben fluir para todos y no para unos cuantos privilegiados. La Iglesia no puede pretender defender sus derechos, poniéndose al lado de los poderosos: “Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas…” (2 Cor 10:4 DHH)

Como pastores, pastoras, personas en liderazgo y miembros de una iglesia que ha estado en Colombia desde los albores de nuestra independencia manifestamos que muchos presbiterianos de la Legión Británica lucharon al lado de los libertadores; que a través del sistema Lancasterino1 de Educación apoyamos el proyecto educativo de Simón Bolívar en la naciente República, por lo cual, hemos entendido que nuestro lugar ha estado y estará siempre del lado de la justicia y en contra de la opresión.

También hemos sido una iglesia “sufriente”, víctima de la intolerancia y el fanatismo: fuimos perseguidos, amenazados, nuestras Biblias e Himnarios quemados, nuestros templos dinamitados o apedreados. Fuimos señalados como parias con los calificativos de “masones, comunistas, protestantes y liberales son lo mismo” y, sin embargo, no hemos dejado de servir a las comunidades ni un día de nuestra presencia en Colombia.

Como pastores y pastoras, nuestra ética nos impone no hacer proselitismo político electoral desde los púlpitos, nuestras comunidades están formadas por seres humanos maravillosos de distintas tendencias políticas a los cuales nos debemos y respetamos. Por eso, lo aquí expresado es de nuestra absoluta responsabilidad, es el “momento oportuno” (kairós) y no queremos pasar a la historia vergonzosamente, como los “cristianos alemanes” (1935), que por proteger sus privilegios, beneficios y su errada interpretación de los preceptos bíblicos y teológicos terminaron apoyando al genocida.

El pueblo ahora es consciente que los dirigentes políticos tradicionales no tienen vergüenza, antes del 27 de mayo, manifestaban contradicciones, odios y descalificaciones con las cuales hacían que el pueblo los acompañara en esos comportamientos y ahora se juntan “como uno solo”. Nos muestran que son mentirosos. Pero tal vez, esta sea la oportunidad histórica de derrotar la mentira. Nos vienen a la memoria las palabras proféticas de Martin Luther King en respuesta a sus colegas, “Sabemos por una dolorosa experiencia que la libertad nunca la concede voluntariamente el opresor. Tiene que ser exigida por el oprimido.” (Carta desde la cárcel de Birmingham, 1963)

Creemos en la Palabra del Señor la cual nos dice que no podemos poner nuestra absoluta confianza en el “hombre”, por eso, independientemente de la opción que hemos tomado, conservaremos nuestra voz profética y diremos a la persona que nos gobernará: “¿Piensas que ser rey consiste en vivir rodeado de cedro? Tu padre gozó de la vida; pero actuaba con justicia y rectitud, y por eso le fue bien. Defendía los derechos de pobres y oprimidos, y por eso le fue bien. Eso es lo que se llama conocerme. Yo el Señor lo afirmo.” (Jer 22:15-16 DHH). Reafirmamos con el profeta: “conocer a Dios, es practicar la Justicia”.

Por eso, con independencia y libertad, pero con mucho respeto a quienes disientan, nuestro voto el próximo 17 de junio de 2018 será por GUSTAVO PETRO y ANGELA MARÍA ROBLEDO.

Firmamos

Rev. Jairo Barriga
Rev. Flor Cárdenas
Past. Cristhian Gómez
Rev. Adelaida Jiménez
Rev. Milton Mejía
Rev. Angélica Múnera
Past. Elías Ochoa
Rev. Adriano Portillo
Rev. Milcíades Púa
Rev. Luis Romero
Past. Fabio Romero
Rev. Gloria Ulloa
Rev. Josué Vargas
Rev. Vilma Yánez

MIEMBROS SUSCRIBIENTES
Helis Barraza
Rosaura Díaz
Karen Barraza
Roselly Barraza
Margarita Barraza
Gloria Púa Ulloa

1 Simón Bolívar entró en contacto en Francia con el pastor y educador Reformado José Lancaster para que lo apoyara en un sistema educativo para las nuevas Repúblicas.